jueves, 26 de abril de 2012

POEMAS NATURALES


RAFAEL GARCÍA-FOJEDA Y ALLOZA





















POEMAS NATURALES




















ASOCIACIÓN UNIVERSITARIA MEDIEVALENSE








































Edita: Asociación Universitaria Medievalense
C.I.F: G-831227448

Depósito Legal:
Imprime:

8 Rafael García-Fojeda y Alloza
Prólogo: Mª Pilar Pueyo Casaus




 
A mis padres





Índice

PUEBLO
SOLLOZO POR UN LUGAR
UN CAMPO CUALQUIERA
PAZ ES ... PRIMAVERA
LLANTO POR UNA HUIDA
BODAS DE ORO (DESCENSO DEL SELLA)
ACUARELA DE ATARDECER
BLANCA VERDAD
ÉRASE ... UN ROBLE
COLORES DEL MAR
ALONDRA
LA LLOCA Y EL FíU
GALAS DE ATARDECER
ENFADO EN LAS ALTURAS
COMO CHIQUILLOS
CIELO ARAGONÉS
SOBRE UN CAMPO DE CASTILLA
CIUDAD DE LOCURA
LUZ DE LA ALMUDENA
ASOMBRO DE LAS OLAS
FÁBULA DEL BOSQUE ROTO
ARDE EL GOLFO
RENCILLAS DE NOVIOS
TEATRO MEDITERRÁNEO
A MARíA MARINERA
PASARELA
OSCURIDAD Y CLARIDAD
CAMPIÑA INVERNAL
ROSA DE AYER A HOY
AMANECIDA
PERDIDO SOL
DE LA NOCHE A LA MAÑANA
FURTIVA LUNA
DE HOY A MAÑANA
FLOR
REFLEJOS DE PROVOCACIÓN
CRISTO DE LOS FAROLES
CALOR
¡CHISSSST...!
HERMOSURA
ESTELAR FATALIDAD
BUENOS DíAS, MARE NOSTRUM
POR CULPA DE LA NOCHE
COMO LA VIDA
'PLATEADA' LUNA
MARINO PENSAMIENTO
MARINANDO
CARNAVAL AZUL
MAREA DE SOL Y LUNA




                                    Prólogo


Rafael García-Fojeda hace de su poesía un camino diario. Se entrega a ella en una búsqueda constante porque encuentra en lo bello de la Naturaleza una plenitud que no se cansa de cantar. Sentimientos elevados nos llegan en sus poemas acercando mares, estrellas, sol y cielo, a la medida humana.

Efectivamente, su lenguaje poético en este libro está lleno de prosopopeya o personificación, atribuyendo a los planetas y al mar reacciones humanas. Parece que Rafael se siente muy inmerso en la Naturaleza y trata estas realidades con gran familiaridad.

En cuanto al verso, en unos años en que ha dominado la presencia del verso libre, García-Fojeda se ha decantado abiertamente por la rima. Maneja con soltura la lira renacentista y en general logra mayores aciertos con los metros cortos. También consigue fuerza y rotundidad con las estrofas de pie quebrado.



Seleccionaríamos hermosos ejemplos de sus poemas. En Sollozo por un lugar  nos recuerda el tema de la caducidad de la vida, presente en los sonetos de Quevedo, como de la carrera de la edad cansados Asi un tiempo fuertes, ya desmoronados... Así Rafael: Desvencijada, por el tiempo herida, Hacia atrás viviendo su nostalgia, Un árbol es tu signo más perenne  como Quevedo, ante las ruinas de Roma, encuentra vivo solamente al Tíber, que, por otra parte, nos muestra el agua fugitiva.

En A un campo cualquiera, vemos en su 3ª estrofa su punto álgido, cumbre ideológica y lírica: pero también la soledad se muere.

El descenso del Sella es un poema ágil y vivo de entrañable sabor local.

Podríamos comentar otros numerosos ejemplos, pero es mejor que se sumerjan ustedes en la lectura y la disfruten.

Deseamos a Rafael, nuestro buen amigo, que siga sabiendo captar las maravillas de la Naturaleza y sintiendo que su vida sea siempre Primavera.


                                             Mª Pilar Pueyo Casaus

                            Catedrática de Lengua y Literatura
                                  Doctora en Filología Románica


PUEBLO
                                           A Valderrobres (Teruel)

Lo atraviesa un río que dos puentes pasan;
uno es de piedra; otro, de metal,
y las gentes cuando el primero salvan
se trasladan a la España medieval;

en la plaza se encuentra la posada
que sirve de descanso al caminante
y junto a su antiquísima fachada
se yergue el Consistorio impresionante;

tanto es, que hace tiempo fue sacado
de su actual y perenne emplazamiento
y una vez que por fin está copiado
es también de otro lugar ayuntamiento.

Bello pueblo de cuestas empinadas
que sin duda quieren alzarse hacia Dios;
un pueblo de costumbres arraigadas
que a la vida cotidiana dan sabor;

y en lo más alto como dos vigías
se levantan la iglesia y el castillo
que observan de este pueblo la alegría
y anuncian al que viene de camino.




SOLLOZO POR UN LUGAR

Desvencijada, por el tiempo herida
sigues en pie no feliz con tu suerte
sin resignarte a tu segura muerte,
Dios lo sabrá si temprana o tardía.

Hacia atrás viviendo tu nostalgia
paciente esperas que llegue la hora
y con tu paz saludas al que mora
buscando estar tranquilo en tu añoranza.

Un árbol es tu signo más perenne,
el sonido del aire, tu frescura,
un sol que no calienta, la hermosura
de aquellos años que estuviste indemne.

Hoy quizás en tus últimos momentos
continúas ofreciendo tu bondad
a los que trajo la casualidad
o tal vez un profundo sentimiento.

No sabemos si aún estarás vivo
cuando intentemos a ti regresar;
si no es así te querremos recordar
y si lo estás, volverán tus amigos.



UN CAMPO CUALQUIERA

La soledad constante y la hermosura
de los verdes pinares en el viento;
el cielo gris dominando la altura;
parece detenido todo tiempo.

Un sentimiento nace y va creciendo,
a veces vuela sin venir siquiera,
otras, de hastío se acaba muriendo,
es vida bella la naturaleza;

pero también la soledad se muere,
torna el silencio de nuevo a perderse,
quién fuera al tiempo soledad doliente
y silencioso amigo al que acogerse

para poder sentir el sentimiento
de la vida y la muerte en la campiña;
naturaleza viva de un momento,
el sonido en el aire de una piña.



PAZ ES ... PRIMAVERA

La paz de hoy se toca con las manos;
estamos casi solos en tu sombra,
Serrat le canta a un niño, a una pelota,
le oigo en un susurro tan lejano...


El viento suena como melodía
con letra de un autor omnipotente,
las hojas caen, el otoño presente
un año más se hace en nuestra vida

y la tranquilidad maravillosa
podemos sin barreras disfrutar,
la mente vuela, no puede parar
gozando de mañana tan preciosa.

Ya no es Serrat, ahora la Pradera
nos deja más cercana la armonía
con una de sus bellas melodías;
esta paz en otoño es ... primavera!



LLANTO POR UNA HUIDA

Soledad rota por los pajarillos
que pían esta tarde muy contentos
bajo este sol que inflama sentimientos
y, ni siquiera, un suave vientecillo

calma el ardor de sus rayos potentes;
el silencio se escucha en lejanía
eres tú, paz, la que traes alegría;
te noto, soledad, tan complaciente...

Amanece...


envuelta en manto gris la poesía,
las lágrimas empañan la hermosura
¿qué ocurre, soledad? ¿y tu frescura?
Perdiste esta mañana lozanía.

Mirando al monte vi que tu deseo
es idéntico al mío, un verdadero
afán de ver volver al compañero:
el sol con quien seguir mil devaneos.




BODAS DE ORO (DESCENSO DEL SELLA)

En las márgenes del río
y sobre el puente atronando
muchas gargantas cantando
el Asturias ... tan querido;

el fuerte sol les anima,
la fiesta está comenzando;
mis ojos, atestiguando
de la jornada un gran clima.

Esperan competidores
palas en ristre y erguidos,
la esperanza es colorido
que al final les dé las flores.  



Las barcas, vivos colores,
dan pasión a la mañana
¡quién fuese tú, agua temprana!
para sentir mil amores.

El verde se ha iluminado:
cientos de almas en tropel
corren a buscar la miel
de triunfo tan deseado.

Las piraguas han mojado
su cuerpo en el agua clara;
¡veremos qué nos depara!
El descenso ha comenzado.



ACUARELA DE ATARDECER

El sol se acuesta temprano
tras su cama de tierra, la montaña
feliz de recibir hasta mañana
al astro rey ya cansado;

las nubes en jirones de ternura
su sueño quieren velar
y él les agradece su dulzura
ruborizando su faz.

Cual un espejo fiel y generoso


refleja el mar la belleza
de un espectáculo en verdad hermoso:
sombras de naturaleza.



BLANCA VERDAD

De novia engalanó su despertar;
un velo gris cubría su cabeza,
el rostro reflejaba la tristeza
por la rutina de otro día más.

Esta mañana vivió la locura
¿es que se casa hoy nuestra ciudad?,
preguntaban algunos; ¡a su edad!,
exclamaban los más con amargura.

Nadie sabía encontrar la respuesta
¡otra vez tarda el maldito autobús!;
es ya de día, aún halos de luz
alumbran lo que pueden la tiniebla.

La gente siente frío, va corriendo,
mas no a la boda de nuestra ciudad
cuyas lágrimas dicen la verdad:
es sólo nieve, es mi crudo invierno.





ÉRASE ... UN ROBLE

Tocho caído, nostalgia sentida
del roble aquel que fuiste vigoroso,
cobijo suave, gentil, poderoso,
compañero encantado de unas vidas.

Tu son de siempre, el sonido del viento
rudo unas veces, otras, muy amante;
tus ramas, ojos, testigos constantes
de juegos, de quietud, de movimiento;

mas el progreso su precio pedía,
un hombre fue el instrumento indicado,
él lamentó haberse equivocado,
pero segó tu sombra de alegría.

Muchas personas solas se quedaron
porque murióse el galán compañero
aquel que fuese su roble altanero
y sin él notan hondo desamparo;

por eso, tocho seco, agradecidos
honran en ti del roble la memoria,
tú puedes ser vigía de su historia
y tu nostalgia, no muerte, sí vida.






COLORES DEL MAR

Blanco de novia anhelante
por dar amor a la playa
diciéndole: "quiero, amante,
ganar contigo batallas".

Verde de muda esperanza
en abrazar muchas vidas
liberando de añoranzas,
ahogando penas sufridas.

Azul de tierna sonrisa
que alegra los corazones
alejando intensas prisas,
aliviando las tensiones.

Marrón de sol encogido
que compartir con la gente;
alas dar a los sentidos,
servir como inmensa fuente.

Negro de niño malvado
que asusta sin avisar
para dejar derrotado
a quien desconoce el mar.

Él nos muestra esos colores
en esta airosa mañana;



ellos son las cinco flores
que adornan su gran ventana.



ALONDRA
                                                             A Elena Vera

Era una alondra morena,
libre, de sol dibujada
entre cielo, mar y arena;
nacida brisa serena
anuncio de la alborada.

Volando valles gozaba
escuchando sólo el viento,
rectas sus alas surcaban
altivos montes violentos.

Gustaba la alondra bella
un árbol picotear,
tenía luz de una estrella
impaciente por brillar;
érase su hogar, su nido
rebosante de humildad,
recoleto, ¡tan querido!...;
el cuento ¿tendrá verdad?
zagala, tú lo has escrito.




LA LLOCA Y EL FíU

En cada extremo de la playa de San Lorenzo (Gijón), existen dos monumentos: uno de hierro, a la Madre del Emigrante y el otro de hormigón, Elogio del Horizonte de Chillida.

Madre de rostro triste y muy ajado
por ese mar cercano, por el viento,
la cabeza tremenda, pies pequeños,
mano vieja extendida ... suplicando.
                                                                                    
Tus ojos fríos ven en lontananza
un hijo en hormigón que te ha escapado
para mirar el mar hoy reposado,
repleto su horizonte de añoranza.

¡Qué ficiste que sola me dejaste
llenando de dolor mis pensamientos!
¡neñu, regresa, ven sólo un momento!
se te escucha decir a cada instante;

mas Ulogio se queda silencioso,
contempla el agua de azules distintos;
tú continúas con ojos contritos
viendo que el fíu no vuelve amoroso.



GALAS DE ATARDECER



Mediterráneo fiel mar:
por la tarde azules bellos
vistes, intensos sin par,
lindos celestes destellos,
blanca espuma singular;

el cielo rojo te mira,
rojo de sol que se escapa
con cansancio mas sin ira
a esperar nueva mañana.

Al volverte a contemplar
en la tarde ya apagada
tu gala es plata ideal
de tornasoles bordada;
"¿vas esta noche a bailar?"



ENFADO EN LAS ALTURAS

A qué hora regresarías
del baile pues, de mañana
el cielo tiene desgana
de sol, apenas salía,

pero, cuando conseguía
romper de nubes el manto
casi producía espanto
su furor ¡qué daño hacía!



En el enfado existía
tu culpa por tu descaro,
olvidaste que su amparo
es base de tu alegría.

Cielo y sol a mediodía
siguen dolidos contigo
porque fuiste mal amigo
robándoles su armonía.



COMO CHIQUILLOS

Acabóse la batalla
entre el cielo, el sol y el mar,
derribó el mar su muralla,
cielo y sol juntos están;
el viento, ayer huracán,
es hoy brisa en la rocalla,
muy suave su acariciar;
mas, asalta la pregunta:
¿por qué el fin de la batalla?
De pronto, el aire se calla,
cielo y sol ya no se asustan
y el mar les observa pillo;
no son sino tres chiquillos
que saben dar la tabarra
peleando con gran garra,
o, en la arena, hacen castillos


con dos cubos y una pala.



CIELO ARAGONÉS

Cielo de luto allá en el horizonte
hecho el vestido jirones
cubre de pena los pelados montes
con mil negros algodones;

por un instante no puede aguantar
su inquietud tan espantosa
y sólo sabe temblando llorar
con lágrimas poderosas.

El sol y el viento, amigos verdaderos,
acuden en su consuelo
tratando de encontrar algún sendero
que de dolor limpie el cielo;

consiguen asomar un azul suave
dándole un poco de amor,
pero no logran divisar la clave
que torne su resplandor...;

... el cielo está vestido como antes
negro, gris, azul y blanco,
enseña una belleza deslumbrante,
es más tranquilo su encanto.





SOBRE UN CAMPO DE CASTILLA

La luna se ha levantado
con media cara enfadada,
la otra media está acostada,
el sol no la ha despertado;

el sol se marcha a dormir
después de un día agotado,
del cansancio liberado,
mañana debe salir;

como lúgubre antesala
deja de rojo teñidos
los jirones del vestido
que el cielo llevó por gala.

Está la noche cayendo
sobre un campo de Castilla,
la luna, tunante, brilla,
del sol se va despidiendo.



CIUDAD DE LOCURA

Castaño solo de la gran ciudad
mirando a un apenado compañero;


álamo hundido en triste soledad,
ciego de llanto al verse prisionero;

buscáis el aire con honda inquietud,
sólo encontráis muchos humos y ruido
y no podéis hallar con prontitud
una salida que alivie quejidos.

La gran ciudad, multitud dislocada
que va corriendo dormida al trabajo,
tras ocho horas terribles, cansada
de tener casi que andar boca abajo,

con prisa siempre como la pasión
del hombre y la mujer desdibujados
cuando, de noche, la televisión
enseña rostros más desencajados;

ya no hay momentos en la gran ciudad
de conversar tranquila, amablemente;
sobrevivimos de casualidad
castaños, álamos, hombres, mujeres.



LUZ DE LA ALMUDENA

La luz de la ciudad es muy extraña,
es una luz que enseña tornasoles
por un negro de nubes que acompañan


a un azul adornado de temores.

Cielo en Niño Jesús por la mañana
despertado llorando desengaños;
mientras, en Parque Berlín se engalana
para una fiesta a los odios de antaño;

el sol quiere salir y puede a veces
a la luz un dorado regalando;
por Bailén, nubes blancas, unas preces
a la patrona se acercan rogando...

...oscuro cielo, la luz tenebrosa
es ya dueña y señora de Madrid,
en procesión la Virgen )pesarosa?...
por una luz extraña, bello ardid.



ASOMBRO DE LAS OLAS
                                                 A Rosa María Nieves

Rizando espuma escaparon
olas por el ancho mar;
se marchaban tras un barco
ansiando su estela hallar.
       
Maravilladas lo vieron
atónito componer
rotos pedazos de cielo;


intentaba recoger
azules sin ningún velo.

Negra azabache la nave
impresionaba mirar;
esas olas no lo saben:
velas gasta en abrazar
extremos que no se alcancen;
su nombre: Estrella y Hogar.

La mesana firme al viento
está presta a descubrir
obstáculos y recelos;
no puede ver un sufrir.



FÁBULA DEL BOSQUE ROTO
                                                            A Pilar Luque

... El árbol, de la estrella enamorado,
no puede resistir la tentación,
sigue esa luz brillante ilusionado
ante un futuro en otra dimensión,

y, arranca sus raíces decidido;
dejando un hueco en la tierra asombrada
surca los cielos firme, convencido,
tras el fulgor de su estrella adorada.



Mientras al árbol se le ve alejarse,
óyense por el bosque mil lamentos
“¡no será igual!”...; tendrá que acostumbrarse
a vivir sin el árbol porque el viento

lo está llevando al lado de su amada,
la de la punta de cristal perdida,
la que del árbol se quedó prendada
por su ternura dulce y comedida.

El bosque, roto, eleva entre gemidos
un clamor triste; es su despedida:
"¡Ten un vuelo feliz, árbol querido!
¡encuentra más estrellas encendidas!
¡recuerda que este bosque fue tu nido!"



ARDE EL GOLFO

La ciudad amanece
un día más para afrontar la vida
que mucho se parece
a una fiesta en lamento sumergida,
a un carnaval de risas contenidas.

La gente, ensimismada,
deambula por las calles polvorientas
a su trabajo atada;
como si fuesen tristes cenicientas


esperan que un hechizo les consienta

trocar el ansia en calma
y rehacer aquel hogar perdido
y levantar el alma
a solas ya, sin los seres queridos;
los encontró un misil desguarnecidos.

El cielo se acibara
con el pasar febril de los aviones;
los cañones disparan,
uno llega a rozar dos alerones,
su impacto ha destruido barracones.

El mar ennegrecido
logra ensuciar a un patillo inocente,
sus ojos sorprendidos
miran y piensa del crudo torrente:
"la mar se volvió loca de repente".

El día se va yendo,
la noche escucha ulular las sirenas
y las gentes corriendo
buscan refugio para su condena
no les ponga la muerte sus cadenas.

La pequeña pantalla
nos brinda una película de guerra,
los despachos no callan,
ofrecen cifras que no nos aterran,


siguen jugando a dominar la tierra.



RENCILLAS DE NOVIOS

Se esconde el sol de la tierra;
la luna se pone en medio
para charlar sin remedio
de lograr paz en la guerra;

disputa de enamorados
por alguna fruslería,
¿acaso el sol correría
juergas sin la luna al lado?
                                                                                    
o ¿fuese la luna acaso,
quizás muy enfurruñada,
a buscar en la alborada
a quien le hiciese más caso?

...no sabremos la verdad,
pero paga sin disculpas
la que carece de culpa,
¡sufre, tierra, oscuridad!;

durante siete minutos
una franja se ensombrece,
la charla sigue, parece
que el cielo viste de luto.



La parrafada termina
¡fuera rencillas de antaño!,
ciento cuarenta y un años
a otro eclipse en la retina.

“¡que no es cierto, luna mía!”
"-¡yo te vi, sol embustero!
¡no me seas tan rastrero!"
“¡nada hice, prenda mía!”

Esas palabras flotando
quedarán en la negrura
como la memoria oscura
de unos novios peleando.



TEATRO MEDITERRÁNEO

El mar muy suavemente
roza la arena
con espuma durmiente
libre de penas

y al azul hoy tranquilo
de las alturas
nubecillas en vilo
dan hermosura;



varias velas al viento
se miran quietas
disfrutando momentos
como de fiesta;

son un par de gigantes
sin armonía
dos naves inquietantes
que hacen de guías;

allí el agua oscurece
su azul pausado
porque no le apetece
ser vigilado

prefiere soledades
que son tibieza,
reposadas bondades,
nulas tristezas;
                                                                                    
mientras, junto a la orilla
besa la espuma
la arena, canastilla
que no se esfuma.



A MARíA MARINERA



La noche se levanta de la cama
dejándose caer sobre este día;
la brisa mece la mar más en calma
que cortan cinco barcos sin porfía;
en el del centro, la Madre, la Dama,
toda la mar se inclina ante María,
es la patrona, es la Gran Señora
bendiciendo en amor a quien la implora.

Ya las barcazas se acercan a puerto,
es el instante de desembarcar,
la Virgen dice adiós a su desierto,
un viso de morriña en su mirar;
en procesión a cielo descubierto
la llevan marineros a su altar
y desde allí verá cómo su fiesta
regresa al cielo en un fuego hecho orquesta;...

...una serpiente los cielos surcando,
naranja pálido, suave hermosura,
por una senda escondida va andando
abriéndose camino en la negrura,
se convierte en palmera musitando
una oración ardiente de dulzura;
intensos verdes, rojos, cien destellos,
la noche aplaude ese rostro tan bello;

el mar se viste de plata, un reflejo,
quiere lucir su gala más preciosa;


en tierra, el bermellón está perplejo,
blanco final de esperanza dichosa,
lentejuelas brillantes el espejo
de una fastuosidad simple y grandiosa;
arbustos asomados a las olas,
sonidos roncos cual de caracola.

El cielo tiene muy sucia la cara
y sólo el aire se la lavará
si acaso el viento tiene fuerza clara,
si no, María ya se encargará,
no debe consentir que la algazara
pueda apagarse o no se encenderá
cuando María vuelva a aparecer
mediado Agosto en otro anochecer.



PASARELA

El auditorio bastante repleto
parece carecer de expectación
ante la creación que está viviendo
en esta impresionante colección;

se ha esmerado el Artista;
tu vestido es muy suave,
vaporoso, optimista,
de tonos agradables;



con el azul verdoso como fondo
pincelado de blanco reluciente,
puntos de rosa fuerte
y bermellón hermoso;

pero el público pasa
de modelo tan fino y fascinante,
al astro rey se abraza
o juega entre fantásticos volantes
sin reparar en nada.



OSCURIDAD Y CLARIDAD

Sobre nuestras cabezas
el cielo blanco y negro se aparece
enseñando tristeza,
oscuridad temible que ensombrece
y claridad inquieta que no escuece.

Llorando a ratos, cielo,
o con un sol mohíno de pasiones
se muestra tu desvelo
inconmovible ante tantas presiones,
venidas de los negros nubarrones.

Un frío silencioso
se va incrustando en cuerpos impotentes


para salir airosos
de un combate la mar de incongruente
sin otra solución que ser pacientes.

La oscuridad pesada
presta a la luz un mínimo resquicio;
llega tan tamizada
que hay que encender la luz del artificio
u ofrecer la tiniebla en sacrificio.



CAMPIÑA INVERNAL

La campiña es tristeza,
el cielo tenebroso, gris, falto de luz;
profunda su aspereza.

La campiña es la cruz
de vejez revestida, de canas en el pelo,
con visos de acritud.

La campiña sin celo,
envuelta el alma en frío y soledad,
tiene de sol anhelo.

La campiña, humildad,
quizás perdida sin más esperanza
que la limpia ansiedad


del calor deseado sin tardanza.



ROSA DE AYER A HOY
                                                          A Rosa Delvalle

Verde hoja de tiempo amarilla,
rosa del valle sutil de la vida;
en días caminados de puntillas
¿te olvidaste de amar? ¿fuiste atrevida?;

algo debió ocurrir en tu sendero
cuando decides ir a ser pequeña
para plantar olvidados TE QUIERO,
quizás por realizar lo que tú sueñas
aún a retazos de esbozos someros.

Ya bien sabrás cuál será la razón
pero la vida, flor, mira adelante;
que no se quede atrás tu corazón
por completar un viaje alucinante.

Acepta simplemente lo vivido
como parte de ti, de tu riqueza;
siembra muchos TE QUIERO convencidos,
prosigue siendo alegre con llaneza
que descumplir edad suena a quejido.



Felicidades llevan las palabras
cuando tu vida es ... punto y seguido;
empujes que tus pétalos reabran
para que des más perfume sentido.



AMANECIDA

Es noche muy cerrada,
se ven las nubes, no están las estrellas
y la oscuridad, ciega;

la tiniebla se aparta
cediendo paso a la alborada bella
que, tarde, se levanta

y, cruzando la sierra,
tímidas luces al fondo del valle,
aún no se despierta,
es pronto; tienen fiesta sus detalles,
¡duérmete, tierra! ¡sueña!

El gris del cielo empieza
a separarse de la madrugada
con soltura serena.

Reloj: ¡las siete y media!,
¡oh, cielo! te maquillas la figura


olvidando la ausencia

del sol abriendo surcos;
otra mañana más sin la premura
de todos los apuros.



PERDIDO SOL

¿Has huido Don Sol
o estás de vacaciones?;
te añora la ilusión
de quienes tu calor
sufren sin dilación
con objeciones;                                                          

pero, te has ocultado,
no quieres compañía;
¿será que ha trabajado
tu ardor inusitado
al firmamento atado
muchas horas al día?

Así ¿tras de las nubes?
¡cómo estarás riendo!,
en el reposo pleno
de salidas muy fiero
hasta ocasos ardiendo...


... ¿dónde, sol, te recluyes?



DE LA NOCHE A LA MAÑANA

La oscuridad se acuesta
para vivir su amor con el recuerdo
apasionadamente,
y la mañana empieza
a despuntar sus olores muy nuevos,
sus colores de siempre;

amarillo de vida,
rojo de vino alegre, seductor,
morado de extrañeza;
tres pinceladas finas
de un trabajo repleto de emoción
en un día de fiesta.

Desparramadas luces
permanecen de guardia en la campiña
con muy fija atención
por si acaso le ocurre
a la noche algún mal, alguna herida
que aplaque su pasión;

y, la mañana sigue
enseñando sus tonos deliciosos


más limpios y más nobles;
un amarillo libre
de sol sin sombras renacido loco;
el tenue azul se rompe.

Castillos, siluetas
dibujan un perfil nítido, bello
entre suaves montañas;
el verde se refleja
en el espejo azogado del cielo
que canta, baila, reza.



FURTIVA LUNA

Cascabelera luna que demandas
complicidad terrena
en la noche otoñal fría y nublada
para ocultar la pena
reflejo de las guerras observadas.

¿O es sólo por un beso
robado en el vacío misterioso
al sol marchado lejos?
¿dónde el rojo vestido luminoso
efluvio de un volcán ignominioso?
¿voló al espacio su fuego temeroso
de provocar al Sol iras o celos?



La Tierra va cumpliendo lentamente
su trabajo de sombras
hasta tapar a su amiga de siempre
por una o por dos horas;
¡Es corto el tiempo, Luna, de tu suerte!

Escribo y no te veo;
me imagino tus juegos a escondidas
y, Luna, no me creo
que encuentres algo bueno en esa huida
que quiere ser escapada furtiva
y es tímido escarceo.

Bajo a buscarte en medio de la noche;
las nubes tenebrosas
ayudan a ocultarte mis temores
de no ver tu zozobra;
la lluvia me desgaja sensaciones,
tu escondida no es broma,
mas me voy sin poder hablarte a solas.



DE HOY A MAÑANA

¡Hola, cinco de febrero!;
parece que has comenzado
despertando
con un color de aguacero,


por el frío, encadenado,
tiritando.

Conforme mueren tus horas
el cielo viste de miedo
profundo
y su negrura decora
las prisas y los denuedos
inmundos,

pero tu faz de tristeza
no llora ni se nos queja
de nada;
tiene tu paso tibieza,
es tu rutina madeja
acabada.

La tarde se muestra rota,
el tímido sol descubre
un nuevo traje
y su victoria es derrota,
la sed nuestra ciudad cubre
sin ambajes.

Puede que, al llegar tu noche,
reboses un llanto fiero,
¿hay motivo?
y escucharás los reproches;
¡adiós, cinco de febrero


cautivo...!

...de un hedor oliendo a muerte,
preludio de otra jornada,
seis, febrero
trayendo distinta suerte,
nueva ilusión avivada
en su lucero...



FLOR

Cuida, flor, que no se rompan tus pétalos amarillos;
mira cómo el azul logra enseñar su faz de pillo
y, cuando se lo proponga, sus lágrimas en martillos
convertirá sin demora arrasando esos anillos
que tu belleza denotan a insectos y pajarillos.
       
Resguarda, flor, no se rompan, tus pétalos amarillos;
el azul, muy gris ahora cual presagio de cuchillos
preparando tu derrota con nubarrones sencillos
desoyendo la zozobra que rebosa tus pasillos
pues el miedo te hace sombra borrándote todo brillo.

Escóndete, no se rompan tus pétalos amarillos;
el gris, negro, gime, llora, vaciándose su hatillo
de un peso que le incomoda, que le inunda los bolsillos;
su llanto, blanca vitola, amor quebrado, palillo,


mas, para ti, cada gota es un golpe de gatillo.

El viento helado resopla ¡flor, cierra bien el pestillo!
que el frío no descomponga en encajes de bolillos
tu traje de vida hermosa dorado por un autillo;
ruégote, flor, me respondas:
                                 "¿te acompaña Polen Grillo?"...
...¡¡silencio!! ...la flor reposa ... sin pétalos amarillos.



REFLEJOS DE PROVOCACIÓN

Pasión desaforada de locura,
griterío nacido del error
sin sanación posible en la cordura
de la vuelta al pasado sin premuras;
desfavor.

Insultos acuñados de despojos
en la tensión bruñidos día a día,
arrojo singular de muchos ojos
ignorando la miel, viendo rastrojos;
cobardía.

Luchas, peleas sin cuartel siquiera,
matanzas de inocentes desvalidos,
incendios, cañonazos por bandera
de hacer valer razones y maneras;


sinsentidos.

¡Ay, los limpios de culpa sin tronío!
lanzando piedras, escondiendo manos;
mundo de falsedad y desvaríos;
¡si diésemos calor en vez de frío
a los hermanos...!



CRISTO DE LOS FAROLES

En naciente tiniebla de madrugada
una blanca plazuela silente y calma
espera al caminante con paz guardada
que dar a manos llenas a cualquier alma.

Cristo en piedra tallado, de luz muy suave
con faroles de hierro negro azabache
es imagen tranquila, más ya no cabe,
de un Corazón ardiente, de Vida, clave.

Un grupo peregrino siempre anhelante
se coge de las manos, a Dios abraza
y el aire de la noche canta implorante
Padrenuestro a la vida con tono amante.
       
La oración del Altillo es rezo, es canto
que un amor afianza desconocido;


un llanto emocionado llama al Dios Santo
que despierta gozoso por el gemido

y escucha embelesado de luz difusa
las voces elevadas hacia Su altura;
¡Cristo de los Faroles! Tú eres la musa
de instantes que muy dentro se nos apuran.



CALOR

¡Desierto! sudor, calor;
ciudad, cemento, calor;
asfalto, humos, calor;
andares, soles, calor;
de madrugada, calor;
por la mañana, calor;
a media tarde, calor;
cae la noche, hace calor;
pesadez por el calor;
lentitud que da el calor;
un sueño en pleno calor;
aire que hierve, (calor!;
trabajo a todo calor;
abulias con el calor;
desnudez para el calor;
¡agua fría! ¡más calor!
Se espera el metro, ¡calor!;


el autobús trae calor;
prisas en el gran calor...
...¡es agobiante el calor!



¡CHISSSST...!

Silencio solo
del amor impasible ante mañana;
silencio grave,
el cariño imposible del ayer;
silencio vivo
por una vida nada apetecible;
silencio muerto
cara a la muerte buscando porqués.

El silencio rebelde
viendo injusticias hoy
se escurre de las manos cabizbajo,
sigiloso de siempre
y, maltrecho, comprende
lo que otro tiempo le costó trabajo.

Silencio burdo
del escondido odio impetuoso;
silencio en clave
de palabras jamás inteligibles;
silencio muerto


en brazos de la vida incorregible;
silencio vivo
sobre el regazo de la muerte fiel.

¡Ay, silencio rebelde!
Si en lugar de ocultar
cada razón que golpea tu mente,
quisieras relatar
tu evasión al azar,
no serías, silencio, lo que eres.




HERMOSURA

El sol, potente, asoma;
el cielo azul, de algodón salpicado;
en el cerro, esperanza
abrumada de tonos esfumados
       
cuanto más a lo lejos
se van los ojos tranquilos de ahora;
si la mirada lenta
detiénese ante el sauce que no llora

al ver su vida enferma
abocada a la muerte alegre o triste
según quien la contemple,


según los sentimientos que subsisten.

Y la brisa refresca;
el algodón agranda su espesura
ennegreciendo el rostro
de la mañana plena de hermosura.



ESTELAR FATALIDAD

Se cubre el cielo de gris todo el día
queriéndonos robar una visión
imposible de hallar por otra vía.

Frío debe sentir el firmamento,
es absurda si no la fechoría
de romper esperanzas al momento.

La luz, su intensidad, cambia a porfía
luchando a nuestra vera inerme, sola
por hacer un favor de simpatía

mas, la mañana pasa muy deprisa;
la tarde no varía el rostro ciego;
la noche, oscura, infernal, indecisa.      

Ocultas a los ojos anhelantes


volarán mil estrellas fugazmente
escapándose a guiños desbordantes.



BUENOS DíAS, MARE NOSTRUM

Tengo mucho más tiempo para charlar contigo,
querido mar abierto, querido mar amigo;

te observo muy tranquilo a pesar de la gente;
¿te apetece un vinillo o tu azul no consiente?;

yo sabes que no bebo; las palabras me bastan;
es tu silencio añejo de suficiente casta.

Al visitarte un rato, la paz saboreando,
tu sabor es más rancio ¿quiénes te están cambiando?...

... Me cansan tus preguntas, tu opinión muy tajante;
si acaso te disgustas pienso seguir avante

que mi turno es ahora de conocer tu estado...
...después de tantas horas ¡ni siquiera un recado!

Lo supe por el viento de la mañana aquella
y le miré subiendo, reconocí sus huellas.

¿Qué tal, mi buen hermano? ... seria tienes el alma;


no me resulta raro que goces menos calma,
       
mas, en estas jornadas de compartir presencias,
reposa en mí, descansa; yo te daré paciencia.



POR CULPA DE LA NOCHE

Cuando te veo redonda en la altura
iluminando la oscuridad
reflejada en un agua de ternura
me pregunto si seré capaz.

Un vientecillo lento, pero frío
acaricia mi faz
haciéndome cobarde del estío;
me borra terquedad

y no me atrevo, satélite blanco,
a tumbarme en la sal
del proceloso vivo, silente, franco
con espuma sensual.

Ese nocturno abrazo apetecía
entre sombras mecido;
no puedo doblegar la cobardía,
se pierden los sentidos.





COMO LA VIDA

Pasea triste por el mismo sitio;
bosques, llanuras, prados, lomas bajas,
preguntando a su amor: "¿Por qué te has ido
apagadas tus luces tan tempranas?";
consiente una caricia a la mañana.

Pasea lánguido, la faz turbada;
días, semanas, años; sol y sombras;
árboles y rastrojos no le amparan;
dos palabras: "¿Por qué...?" La brisa roba;
calla el silencio; la soledad, honda.

Lleva el tiempo mecido en la mochila;
recorre surcos fríos, seca el llanto;
mira una flor en el suelo marchita,
hojarasca amarilla hecha pedazos;
y... regresa; prendido el desencanto.

Pasea solo trasparente aguas;
recuerda sus vivencias pescadoras;
hasta, a veces, las piedras le regalan
el hueco en que soñar hazañas locas;
se sienta, vuela; pero... sólo añora...

... Su estampa, fatigada de buscar
una contestación incomprendida,


escapa, como siempre, en libertad,
decidida la suerte por sí misma;
las horas estremecen su desdicha

al lugar diferente del paseo;
una sonrisa maliciosa, tierna,
torna tristeza en gozo ante el espejo;
el río acoge la onerosa espera;
su cuerpo flota; ...Cielo... "¡Mi princesa...!"



'PLATEADA' LUNA

Iluminada luna
por el amante sol impetuoso,
reflejando tu cuna
sobre este globo azul tumultuoso
en paz con un silencio ayer hermoso.

La soledad de antaño
no luces hoy, luna cascabelera;
anhelos sin engaños
plasmaron huellas imperecederas;
tu piel rugosa no puso barreras;

quedaste bloqueada
al ver a los extraños invasores
de figura ocultada


que te causaron muchos sinsabores
pisando tus bellezas y temores.

Metidos en la historia,
los doce que rindiéronte visita
para ti no son glorias;
tu solitaria redondez bonita
se aventuraron a tornar marchita.

La Tranquilidad llora,
acusan rastros, pesos, las Tormentas;
Luna ¡cómo deploras
provocaciones sordas de una afrenta
que duele sin dolor siendo cruenta!

Ahora, ya no tan sola,
das licencia de amar con mucho tiento
a tus mares sin olas.
Poco permites ver de los momentos
disfrutados con gozo o sufrimiento.

Se te ve plateada
en esta noche y parece de día;
sigues, enamorada,
alumbrando el calor de las porfías;
cercana asomas tu gran lejanía.





MARINO PENSAMIENTO

Mediterráneo de sol irisado
que tranquilo descansas
entre verdes y azules variados;
espuma blanca.

Acaricias la playa pedregosa
sólo a la entrada,
mas tu alma rebosa
una extraña virtud algo enturbiada

por no sé qué disgustos
por no sé qué razón imperdonable
convertida en un mundo
indeseable.

Y la arena se calla
ante tantas miradas de reojo;
el cielo casi habla
guardándose muy dentro sus enojos.



MARINANDO

¡Amarra ya la barca, marinero;
amarra ya la barca!
Amarra ya la barca a aquel lucero


porque si no, la mar
te la va a desguazar por lo altanero
de su undoso mirar.
¡Amarra ya la barca!
Deja el marrón cansado del timón,
baja la vela del palo mayor
que sueña con dormir en ese puerto.
¡Amarra ya la barca!
Reposa tú también de la jornada,
permite al viento luche en mar abierto
como prefiera: a rachas o en cascada.
¿Quién vencerá? No importa.
Pero tú, navegante solitario,
¿quieres guardar la mar de relicario
o que la mar se lleve tus alforjas
o, sin piedad, te arrastre al fondo amargo?
La mar irisa surcos traicioneros.
¡Amarra ya la barca, marinero;
amarra ya la barca!



CARNAVAL AZUL

De mujer disfrazado, mar sereno,
al carnaval azul del Universo
te vas con el deseo, el ser conversos
para sentir placer y gozo llenos



refundiendo tus aguas en un verso
de espuma blanca, de vientos no ajenos
a flujos y reflujos sarracenos
por tu resaca, canto infiel, adverso.

Un verso, un verso más, salinos, plenos
deslizan su cadencia del reverso
hasta ser fondo de estrofa agareno.

Nació la mar con femenino anverso,
poesía romántica, el estreno
del carnaval azul del Universo.



MAREA DE SOL Y LUNA

Ciega de sol y arrobada de luna,
marea,
naces cuando los ojos de las aguas
contemplan
cómo los dos, sin pronunciar palabra
siquiera,
desde lejos, muy lejos cada día
quisieran
desterrar la distancia comprobando
la fuerza
del flechazo surgido en un instante
de fiesta


al poco de ser luz, dar calentura
a la Tierra.
Solos no saben acercarse; entonces
intentan
pedir ayuda a quien inconveniente
no tenga
de ser su apoyo, confidente; incluso,
cartera.
Se dirigen a ti, mar, que les colmes
su idea.
... Pacífica, callada, colorista,
sincera...
provoca tu visión la sintonía
perfecta;
intimidad con puntales profundos
de veras.
Los escuchas atenta. Tú, por ellos,
te vuelcas.
El sol escribe un piropo a la luna,
lunera;
deja caer la nota en tu figura
ligera.
Inmediata, a cumplir el cometido
te aprestas;
debes llevar la misiva a la luna,
que espera.
Contra las rocas tus espumas rompes;
regresas;
tomas impulso; después, haces daño


a la arena.
Así, infinitamente; nunca alcanzas
la meta.
El piropo, despacio, va borrando
sus letras
y, en la playa, tus gotas de colores
lamentan
no ser el aire invisible, constante,
que vuela
surcándose a sí mismo y tienes luz
apenas
para asumir tu desilusión honda.
Te quedas
a un mucho de poder dar el recado.
No elevas
tus lágrimas saladas lo bastante;
retiembla
todo tu ser con llanto muy amargo.
La brega
continúas siguiendo la utopía
maleva
de dar un gusto cierto a los amigos,
que sepan
la plena voluntad de tus azules
maneras
por ver cómo el cariño tan intenso
prospera
entre el ardiente sol y su graciosa
pareja.


Aunque los dos, sin duda, vivamente
desean,
valiéndose de ti, estar enseguida
más cerca,
no puedes olvidar: Ellos la Altura
pasean;
y, muy bonita, tú bañas la Tierra,
marea.







2 comentarios:

  1. Buenísimo el poemario, Rafael. Con razón ha dado lugar a la publicación de un libro. Enhorabuena y gracias por compartirlo con tus viejos amigos.

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  2. Rafael, no he podido (aún) leerlo entero, pero prometo volver y hacer una lectura tranquila y sosegada, disfrutando de los versos, como corresponde.
    ¡Sigue así!

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