martes, 10 de enero de 2017

DOS INTERVENCIONES QUIRÚRGICAS

Padezco una lesión cerebral desde antes de nacer “Convivir con el enemigo” (febrero 2013). Sin hacerme revisiones desde mucho tiempo atrás, ante una asomada dificultad en el andar, decido con mi mujer que es hora de actualizar mi estado de salud y vuelvo a ponerme en manos de los galenos; la lesión está como siempre, pero, debajo, hay un edema de líquido cefalorraquídeo que, pienso, es el causante del problema; de hecho, llevo algún tiempo utilizando una silla de ruedas para desplazamientos largos regalada por mis amigos del colegio. 
       Los pasados 24 y 29 de abril de 2016, caigo de bruces; el traumatólogo al que acudo, en la radiografía, descubre una fractura subcapital del fémur izquierdo y recomienda reposo casi absoluto al que no presto demasiada atención; de ahí que, días después, comenta que la fractura está peor y hay que operar. Me lo pienso dos minutos en la calle y… la intervención me la realiza el 12 de mayo colocando tres clavos de 10 centímetros de longitud para reducirla.

Fractura subcapital

Clavos


Grapas

Cicatriz

Me recupero bastante rápido de la operación, pero los problemas al caminar subsisten y, además, mi cuerpo se va escorando a la izquierda de forma ostensible, véase la muestra:



         Al regresar de las vacaciones, la neurocirujana pide, previamente, me haga una resonancia magnética de la columna y me cita para cuando tenga los resultados; estos revelan que la tengo hecha una pena aunque lo más importante es que las cervicales están provocando una estenosis del canal medular lo cual impide transmisión correcta de información a las piernas; si ese defecto no se corrige ¡YA! puede provocar, en relativamente poco tiempo, incontinencia de esfínteres y hasta demencia.

                                                                           Estenosis medular cervical
                    Ante tan negro futuro, no me queda otra opción que pasar de nuevo por el quirófano. La intervención, laminectomía cervical posterior y artrodesis, se programa la inicial del viernes 11 de noviembre, casualidades de la vida, aniversario de mi primera cirugía, también en idéntico día de la semana, pero de 1949.
             Entro a las ocho de la mañana, salgo a las tres de la tarde. voy directo a la sala de reanimación y, pocas horas después, me suben a planta; solo permanezco hospitalizado diez días aunque, el sábado 19, pido permiso a la doctora para salir a un bar cercano a ver por televisión el Atlético de Madrid-Real Madrid, permiso que me concede. 
            
Viendo el partido con Laura y David, mi cuidador
                  
        La intervención es un éxito completo. Estos son el TAC postquirúrgico y el informe correspondiente:

Imagen desde arriba

Imagen desde la izquierda



Imagen desde atrás
   



Mi postura erguida al salir del hospital

              Pero, aún hoy, arrastro un virus, las pseudomonas, cogido en el quirófano del centro sanitario, muy resistente a antibióticos que me tiene fastidiadísimo y algo débil, aparte de que sigo con bastantes Dolores -no son chavalas estupendas para mayor desgracia- que se agudizan porque me muevo lo más que puedo, pero, por dentro, la herida, todavía está muy tierna y, de rehabilitación, tras reclamarla previamente, solo llevo tres sesiones de media hora desde el pasado 23 de diciembre.
               Así las cosas, tomo dosis diarias de Aguantopol para combatir la ansiedad y Pastillas Macabeo contra el cabreo por no mejorar con la celeridad que desearía.
               De todas formas, escribo desde el corazón: MIL GRACIAS a todos por  el apoyo incondicional antes y ahora; sin tanto ánimo, silencioso o hablado, en este instante, no se leerían mis palabras porque... NO ESTARÍAN ESCRITAS.